Al dar la medianoche, llega con todo su oscuro esplendor a un opulento palacio con vistas al Gran Canal, donde los invitados a un baile de máscaras disfrutan de una grandeza gótica. Su entrada aturde a la animada muchedumbre, que la miran en silencio absoluto. Es Barbie Venetian Muse.
Sólo la melodía hipnótica de una flauta acompaña a la misteriosa belleza mientras se adentra en el dorado salón. Su presencia evoca mundos de lujo y elegancia, ya que se trata de toda una hechicera -una reina que ha sido llamada desde los reinos más mágicos.
Barbie Venetian Muse, la inspiración de miles de sueños maravillosos, luce un resplandeciente traje de satén negro adornado con unos magníficos bordados dorados y brillos plateados.
Cautiva al público -una visión real, iluminada por una gloriosa corona de cuentas relucientes y un extravagante velo de tul negro con forma de abanico.
Alza su mano, cubierta por un seductor guante de rejilla, como indicación de que va a mostrar su rostro de alabastro. Como muestra de respeto, un aria inolvidable dramatiza el gran momento.
El tiempo se detiene al retirar de su rostro el delicado antifaz de oro y marfil.
Todo el mundo está cautivado por el hipnótico poder de sus ojos azules, definidos por unas cejas arqueadas y unos labios de color bermellón. Es una auténtica diosa que recuerda a las musas divinas de los mitos romanos.
Las damas esperan y sus esposos hacen una reverencia, agradecidos por el regalo que la misteriosa dama les ha otorgado. Su brillo ha despertado sus sentidos y encendido su artística iluminación, están listos para emprender el vuelo, bendecidos por la exquisita musa veneciana -su secreta reina de la noche.
